Federico L. Baggini
Mamá toma mis manos entre las suyas,
y con un hilo de voz, dice:
"Sos igual a tu papá,
​aunque todavía no nos abandonaste"
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Iteraciones

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"Iteraciones", editado de forma independiente durante el mes de Marzo de 2016, cuenta con la participación de los siguientes artistas:
- Pintura de tapa y contratapa a cargo de ASNS
- Diseño gráfico de tapa y contratapa: Sabrina Zanzi

- Texto incluido en la contratapa escrito por Liliana Enriotti.

- Prólogo por parte de Luis Autalán.  
​- Ilustraciones internas: Ignacio A. Rosas


Para poder adquirir ejemplares deberán ponerse en contacto directo con el autor a los siguientes medios:
E-mail: fedebaggini@hotmail.com 
Facebook: facebook.com/fede.baggini
Facebook: facebook.com/flbaggini
Cel: (011) 15-6742-4398

Prólogo
 
Era un mago parecido al amigo de Harry Potter
 
Por Luis Autalán
 
El clásico “había una vez” da el talle para comenzar esta presentación de la nueva aventura literaria de Federico Baggini. Es el principio de una recomendación que nos honra a la hora de que se nos asignó esta posibilidad. La estructura de este prólogo facilita ante la riqueza del protagonista que dejará en tramos de epílogo nuestras limitaciones descriptivas.
Parafraseando a los Redonditos de Ricota, diremos que el hijo de un noble fletero intercaló juguetes y cuentos. Años antes, aquel padre había realizado la mudanza de las pertenencias de Julio Cortázar. Ante ese episodio, lo romanos, en su devoción por los augurios, habrían remarcado que ésa fue la señal inequívoca y luminosa del futuro de Baggini hijo.
Sorteando los muros de dictaduras y pudores, el pequeño Federico creció alimentado por la rica esencia del saber: entre acertijos, mitos y leyendas, avanzó en la expresión.
Con neta influencia de sus padres, Baggini no experimentó tales ejercicios desde un laboratorio inmune a influencias o fenómenos inesperados. Creció con el impacto de lo que su comunidad le disparó a veces, lo mimó en otras y lo desafío en muchas más. El autor de este libro, aunque resulte una obviedad para quienes tienen el gusto de conocerlo, es también un trabajador social. 
Sus herramientas son la cultura, la didáctica en armonía y también están aquellas que revelan la arquitectura, las que levantan muros para contener a semejantes, y lo dicho no es metáfora, se menciona a los hogares que abrigan al prójimo para compartir desde una taza de café, la escucha, el consejo y la marcha altruista que revelan ciertos liderazgos.
Invitando a requerir a Google para ilustrar la referencia, diremos que la primera imagen que recordamos de Baggini también tuvo que ver con la literatura.  Vimos en él una réplica porteña de Rubeus Hagrid, vestido de jeans y campera verde musgo. Hagrid es el gran amigo del mago Harry Potter. Su contextura física, cabellos, carcajadas de tenor, redondearon la comparación y los puntos en común. Tiempo atrás supimos que cuando Joanne Rowling escribió la historia de Potter, se inspiró en un motoquero de los “Hell´s Angels”. La autora conoció a uno de ellosy plasmó aquel personaje desde esos trazos reales.  Aclaró además que aquel robusto apasionado de su moto, lejos de ser una figura que pudiese vincularse a expresión violenta alguna, era dulce, comprensivo e infinito en matices sensibles.
Baggini, quizás también prototipo para alguna producción cinematográfica, se expresa en su escritura, como también lo hace al abrir sus ojos para compartir humoradas, trucos de lenguaje con alguna picardía y el ejercicio que siempre propuso Jorge Luis Borges para “reírnos de nosotros mismos” como terapia de sanación.
Asistente y jefe de talleres literarios, embajador criollo en la región latinoamericana por derecho y voluntad propios, compartió su talento con otros hermanos del continente. Baggini es uno de esos hombres de buena fe que se pregunta, los interrogantes más exigentes, pero no espera las respuestas junto a buzón alguno. Va en busca de ellas. Allí, en tal dinámica, aparece la poesía que comparte en estas páginas.
Ya se sabe, lejos del ejercicio de tocar de oído, la poesía requiere de partitura, no como limitación al creador, sino como paradigma del arte. Y vaya si Baggini supera la meta con generosidad, sin temor a diáspora alguna, bajo la estructura de simple apariencia pero exigencia constante de llegar a construir las estrofas que conmueven y replican energía.
Se armoniza allí la comunión de experimentar la dicha en cuanto a que otros se conmuevan por lo mismo que uno. Aquello que insinuó desde su libro “Acariciapájaros”, lo revela con luces que templan una gama de balada a veces, de rock duro en otras, de arpegios clásicos -cada tanto- léase de música.
Como propone el dulce desafío de jugar con él en la lectura, tomamos algunos de sus versos para completar la descripción que nos pidió.
Baggini nos habla en este libro de "un azar por venir", atesora rebeldía cuando escribe “protesto ante quien arma el arma”, influye la búsqueda al trazar “leo la carta de quién ha sido” y al mismo tiempo se pregunta “qué es el héroe sin su nombre”.
Su confesión, "a veces me envuelvo en utopías", carece de nostalgias, ya que proyecta un punto en el tiempo que llegará una y otra vez, con esperanza, pero no solo desde la fe."Cuando la raza no sea rasa.
Cuando rebelarse sea consecuencia de revelarse".
Se abre entonces una puerta emotiva a continuación de estas palabras, el disfrute está asegurado.

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